Entendida como un proceso de internacionalización, la movilidad académica se ha convertido en una estrategia indispensable para sostener un flujo de conocimiento que implica, necesariamente, la cooperación entre países e instituciones que intercedan por la mejora en la calidad de la educación.
La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) se ha pronunciado en favor del desarrollo de programas orientados a la internacionalización de la educación superior, pues fomenta la formación de personas “profesionales preparadas para un mundo globalizado” (OEI, 2014) con una “formación integral de alumnas y alumnos, al incorporar una visión cultural y técnica en sus estudios y enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje” (OEI, 2014) y que, además, contribuyen al fortalecimiento del Espacio Iberoamericano del Conocimiento (EIC).
En 2014, a raíz de la XXIV Cumbre Iberoamericana, la OEI adoptó el Proyecto Paulo Freire de Movilidad Académica para Estudiantes de Programas Universitarios de Formación del Profesorado (Proyecto Paulo Freire), cuya primera etapa consistió en la promoción de la movilidad de estudiantes de grado en escuelas, centros, instituciones y programas de formación del profesorado.
Este proyecto se nutrió de la experiencia adquirida en la región iberoamericana mediante el Programa Pablo Neruda y el Programa de Intercambio y Movilidad Académica (PIMA), pero también de las acciones efectuadas en el Mercosur y del programa Erasmus de la Unión Europea.
El Proyecto Paulo Freire busca ser un instrumento de consolidación de la movilidad académica en Iberoamérica centrado en programas de formación docente. Específicamente en México, la etapa piloto del proyecto se desarrolló desde la Oficina en México de la OEI en cooperación con la Secretaría de Educación Pública (SEP) por medio de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), brindando los recursos económicos y enfocando dichos recursos para que las personas beneficiarias de esta etapa fueran estudiantes de las Escuelas Normales, instituciones dedicadas a la formación de futuros maestros y maestras de México.
Gracias a la estrecha cooperación de la SEP, la DGESPE y la OEI, el Proyecto Paulo Freire formó su primera generación en 2016; desde entonces, y hasta 2019 se han publicado cuatro convocatorias más para Escuelas Normales, beneficiando en total a 225 estudiantes provenientes de los 32 estados de la república mexicana, quienes han viajado a 10 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, Paraguay, Panamá, República Dominicana y Uruguay.
Angélica Buendía Espinosa, Carlota Guzmán Gómez, Dinorah Miller Flores,
Ana Beatriz Pérez Díaz, Aarón Arévalo Martínez, Berenice del Rosario Quiroga Martínez